El cambio demográfico en el mercado laboral europeo
Como resultado de la evolución demográfica y la tendencia de mejora de la calidad de vida en todos los países de la UE se ha producido una alteración de la relación numérica entre el grupo de población joven y el de más edad, siendo este último el que está adquiriendo un mayor protagonismo en términos cuantitativos. Este cambio en la estructura de edad se está reflejando también en el mercado de trabajo ya que la edad media de los trabajadores en las empresas está aumentando de manera importante. De hecho, se prevé que en pocos años un alto porcentaje de las plantillas esté compuesto por trabajadores mayores.
Los datos e índices demográficos constatan lo dicho. Sirvan de ejemplo las proyecciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que prevén que la proporción de trabajadores con edades comprendidas entre los 45 y 64 años respecto a la población total de trabajadores (de 14 a 64 años) será del 41.3% en el año 2025. Esto quiere decir que, para esta fecha, algo menos de la mitad de los trabajadores tendrán más de 45 años.
No obstante, la participación de las personas de más edad en el mercado laboral europeo sigue siendo baja, al tiempo que muchos trabajadores aún abandonan el mercado laboral a edades relativamente tempranas. Rejuvenecer las plantillas a través de prejubilaciones y bajas incentivadas ha sido en las últimas décadas una práctica habitual en muchas empresas. En la Unión Europea, el porcentaje medio de personas inactivas por jubilación con edades entre 50 y 74 años sigue siendo muy alto (65.8% en 2017) y apenas ha bajado en la última década.
Este panorama está teniendo importantes efectos en múltiples dimensiones de la vida social y económica, especialmente en la composición del mercado de trabajo y en la orientación de los sistemas de protección social (sobre todo en lo concerniente a pensiones, asistencia sanitaria y servicios para las personas de edad). De ahí que la UE haya puesto en marcha distintas medidas para fomentar el Envejecimiento Activo (EA), cuya finalidad última es incrementar la participación de los trabajadores mayores en el mercado laboral.
El envejecimiento activo como nuevo enfoque del mercado laboral
En este contexto es necesario desarrollar y poner en práctica estrategias comprensivas y efectivas de EA, que deben abordar las principales barreras que se oponen a la participación de las personas de edad en el mercado laboral. Nos referimos a la supresión de los incentivos a la finalización anticipada de la vida productiva, a estimular el empleo de las personas mayores, y a asegurar las condiciones para que trabajar durante más tiempo sea efectivamente posible. Y también a ayudar a los trabajadores de más edad a actualizar sus conocimientos y evitar la obsolescencia de sus competencias, lo que les permitirá conservar y mejorar su capacidad de trabajo.
La idea de fondo es que la instalación de una cultura de EA estimule el desarrollo y traiga consigo nuevas oportunidades de crecimiento económico. Y esto interesa a todos los interlocutores sociales.
¿Qué se ha hecho hasta el momento para hacer del EA una realidad? ¿Existe diálogo entre los actores del mercado laboral para incorporar el EA? Una de las respuestas por parte de los gobiernos y de los interlocutores sociales a los problemas planteados por el envejecimiento de la población activa en Europa ha sido un acuerdo marco destinado a facilitar tanto la participación de los trabajadores de más edad en el mercado laboral hasta la edad de jubilación como la promoción de un enfoque intergeneracional. Representantes europeos de empresarios y trabajadores —en concreto BusinessEurope, la European Association of Craft, Small and Medium-Sized Enterprises, el European Centre of Employers and Enterprises y la European Trade Union Confederation— firmaron este acuerdo el 8 de marzo de 2017. El objetivo es contar con lugares de trabajo saludables, seguros y productivos para todos los trabajadores hasta la edad legal de jubilación. El acuerdo propone intervenciones en torno a salud y seguridad en el trabajo como las siguientes:
Procesos de ajuste y lugares de trabajo
Distribución / asignación de tareas entre los trabajadores
Estrategias eficaces de prevención y evaluación de riesgos, teniendo en cuenta los requisitos legales, incluida la formación de todos los trabajadores en las normas de salud y seguridad en el lugar de trabajo
Promoción de la salud voluntaria, por ejemplo mediante la sensibilización
Gestión del conocimiento en los niveles adecuados para afrontar los retos y las posibles soluciones en esta área
Medidas que tengan en cuenta la salud física y psicológica de los trabajadores
Examen de las medidas entre la dirección y los representantes de salud y seguridad, de conformidad con los requisitos legales existentes.
Este acuerdo es un buen ejemplo de cómo la intervención de los interlocutores sociales y el diálogo social pueden colaborar en la construcción de un marco adecuado para posibilitar y animar la actividad productiva de los trabajadores mayores.
Algunos de los agentes sociales (gerentes y representantes sindicales) que han participado en el proyecto ASPIRE opinan a continuación sobre la importancia del diálogo social en la promoción del envejecimiento activo.
* Félix Hidalgo, representante del sindicato UGT (PDI Funcionario) en la Universidad de Granada:
* Carmen Velasco, del Departamento de Recursos Humanos de Thielmann Portinox, explica si el envejecimiento activo puede ser abordado desde el diálogo social:
1.3. ¿Qué queremos decir con “envejecimiento activo y diálogo social”
1.3. ¿Qué queremos decir con “envejecimiento activo y diálogo social”